CUIDADOS Y ATENCIONES AL LACTANTE
1.1.- Aseo e higiene personal:
El aseo y la higiene del lactante es responsabilidad de los padres, quienes no deben descuidar el baño diario del niño y la niña.
El baño se debe hacer con agua templada, la temperatura se puede tomar que sea agradable al codo, preferentemente en la habitación más cálida de la casa, y a medida que va creciendo el lactante se realiza en el baño de la casa. Se llenará la bañera específica para el bebé y se le sumergirá recostado sobre el brazo de la persona que le está bañando. El proceso no debe durar más de 5 minutos, aunque a medida que pasan los meses el tiempo del baño va aumentando. Se le debe lavar la cabeza, el cuello, las axilas, el muñón umbilical y la zona ano-genital, enjuagar, secar y tapar rápidamente con una toalla grande, todo con jabones neutros para cuidar su piel.
Después del baño, en algunos casos es recomendable poner crema hidratante o aceites para el cuerpo especial para niños.
Cuando se le esté bañando o vistiendo no se le debe dejar solo ni un momento, por lo que es necesario preparar todo antes de bañarlo o vestirlo.
Por otro lado, las uñas se mantendrán cortas, pero sin dañar la piel de alrededor y cortarlas en recto para evitar alguna uña encarnada.
El cambio de pañales se debe hacer siempre que estén sucios. La zona ano-genital debe limpiarlo de delante atrás, en especial en el caso de las niñas, para no contaminar los tractos urinario y genital con los gérmenes del colon.
El momento del baño y la higiene en general es uno de los más importantes en el cuidado diario de su bebé, ya que representa el punto de partida a través del cual el niño o la niña empezarán a crear los hábitos de higiene que formarán parte de su personalidad durante toda la vida.
Además, hay que hacer del baño y del aseo en general una experiencia muy placentera, ya que puede transformarse en una actividad lúdica, cargada de ternura y abierta a la total comunicación entre padres e hijo.
Así, cuando se va a bañar al niño es necesario:
- Tener a la mano todo el material, ropa y equipo necesario para ello.
- Cuidar que le medio este libre de corrientes de aire, a una temperatura agradable, y probar con el codo que el agua esta a una temperatura agradable.
- Se debe limpiar desde las zonas mas limpias (ojos, cara, oídos, cuero cabelludo…) hasta las zonas mas sucias (glúteos y genitales)
1.2- Sugerencias para el cuidado de áreas especificas: ojos, nariz, oídos, cabellos, piel y glúteos.
- Ojos: se deben limpiar desde la comisura interna hacia la externa con algodón o con un pedazo de toalla limpia para cada ojo. Al menos que haya alguna infección o inflamación se debe recurrir a otro tipo de limpia, en caso de que no haya nada basta con esta limpieza. En cada de observar enrojecimiento, inflamación o descarga se debe vigilar y reportar al medico para prevenir y efectuar los exámenes necesarios para determinar o descartar una infección.
- Nariz y oídos: en general, los hisopos no son recomendados en los primeros meses del lactante para la limpieza de la nariz, ya que el niño o niña en caso de tener las vías nasales obstruidas estornuda. En casa de querer retirar moco seca de la nariz, se puede usar un pedacito de algodón retorcido, humedecido con agua. Al igual para la limpieza de los oídos, se puede hacer con un pedazo de toalla o algodón por el oído exterior, ya que no se debe introducir nada para limpiar el oído interior.
- Cabello: la cabeza se debe lavar cada vez que se baña al niño o la niña. Se debe realizar con el mismo jabón de baño o con algún champú para uso de bebes. No se les debe colocar ninguna crema o aceite en su cuero cabelludo, ya que esto puede producir seborrea.
- Piel: la piel del lactante es muy delicada, delgada, sensible, que se irrita con facilidad. Debido a esto, y que a la piel de los lactante es sensible a provocar infecciones, es necesario cuidarla. El clima caliente y la ropa excesiva puede producir salpullido por el roce, y por ello es conveniente mantener al lactante con ropa ligera y a temperatura ambiente.
- Glúteos: los glúteos pueden estar en ocasiones enrojecidos e irritados, por los pañales. Esta irritación puede ser por la reacción de las bacterias con la urea, lo cual puede producir dermatitis por el contacto del amoniaco con zonas húmedas. Lo mejor para evitarlo es mantener esta área limpia y seca. Se recomiendo usar alguna crema como protector suave como vaselina o una aceite.
1.3.- Alimentación:
Lo más idóneo para el bebé es recibir lactancia materna los primeros meses de vida, ya que sus ventajas respecto a la lactancia artificial son muchas e insustituibles.
Si no le puede dar el pecho, el niño tomará leche artificial:
- De inicio (leche tipo I): hasta el 5º-6º mes.
- De continuación (leche tipo II): del 6º mes hasta los 12-18 meses.
- Es muy importante saber que la leche de vaca no se debe dar hasta los 12- 18 meses de edad.
La alimentación complementaria se inicia a los 4-6 meses, nunca antes de esa edad y sin consultar al pediatra, cuanto más tarde se inicie la alimentación complementaria mucho mejor, pues se disminuye el riesgo de alergias, etc. Los cambios se hacen sustituyendo la toma correspondiente de leche por el alimento nuevo, probando poco a poco.
Se puede comenzar a dar pollo y ternera a los 6 meses y pescado blanco a partir de los 9-11 meses, el pescado azul se retrasa hasta los 18 meses. El huevo se administra por primera vez a los 9 meses como yema cocida, la cual es introducida por cuartos (un cuarto de yema más cada semana). Si no han surgido problemas con la yema, se probará con el huevo cocido entero (contiene la clara, que es la parte más alergénica del huevo) en el 12º mes. Finalmente se probará a dar el huevo en tortilla. La leche de vaca entera y sus derivados se incorporan a partir de los 12 meses; los quesos grasos de los 2 años en adelante.
Se debe realizar la introducción de la alimentación complementaria bajo la supervisión y recomendaciones del pediatra. Los alimentos empleados en la nutrición del lactante deben ser de calidad y preferiblemente frescos, sin abusar de los "potitos" y demás alimentos preparados.
1.4- Sueño:
El sueño es parte fundamental en el desarrollo del niño y se debe educar al lactante para la adquisición de hábitos de sueño correctos en sus primeros años de vida. El patrón de sueño varía con la edad. El bebé debe dormir en una cuna sin almohada. Las posturas más recomendadas son boca arriba o de costado sobre el lado derecho.
La habitación debe estar soleada siempre que sea posible y mantenerse bien ventilada. Durante el día, mientras duerme, es aconsejable que oiga ruidos; por la noche, en estos primeros días, debe dormir en la habitación de los padres.
Los recién nacidos duermen una media diaria de 16 a 20 horas en períodos de sueño de 1 a 4 horas separados por intervalos de vigilia de 1 a 2 horas de duración. Estas horas en que duermen se reparten por igual durante el día y la noche.
- Entre los 0 y los 3 meses duermen unas 15 horas al día en períodos de sueño de 3 a 4 horas, fundamentalmente por la noche. A los 3 meses comienzan a desarrollar la capacidad de dormirse por sí solos.
- A los 4 meses duermen una media de 14 horas y a los 6 meses de 13 en períodos de 6 a 8 horas.
- Entre los 7 y los 12 meses duermen unas 11 horas al día, concentradas por la noche, aunque con una siesta de 2 a 4 horas por el día. Esta concentración nocturna de sueño se suele lograr a los 9 meses.
La habitación debe estar soleada siempre que sea posible y mantenerse bien ventilada. Durante el día, mientras duerme, es aconsejable que oiga ruidos; por la noche, en estos primeros días, debe dormir en la habitación de los padres.
Es necesario tener claras las normas básicas para una adecuada higiene del sueño y aplicarlas a diario y con firmeza para no enviar mensajes contradictorios al niño.
1. Facilitarle la diferenciación entre sueño y vigilia, que suele aparecer entre las 6 semanas y los 3 meses, dejando la casa a oscuras y silenciosa por las noches e iluminada y con ruido durante el día.
2. Crear rutinas a la hora de acostarle: hacerlo siempre a las mismas horas y tras ciertas actividades que lo relajen como, por ejemplo, el baño.
3. Darle algo ligero que comer antes de dormir (un biberón de leche).
4. No permanecer junto al niño hasta que se duerma, sino dejarlo un rato antes en la cuna para que aprenda a dormirse solo.
Los problemas de sueño más frecuentes en los lactantes menores de 1 año son los derivados de la incapacidad de conciliar el sueño por sí solos y de la aparición de despertares nocturnos frecuentes. En ambos casos los padres deben retirar gradualmente la ayuda para dormir hasta que sus hijos logren iniciar el sueño solo y mantenerlo a lo largo de la noche.
1.5- Vestido:
La ropa del niño o niña debe ser apropiada con la edad, las características, las circunstancias y el clima. Deben ser cómodas y con la holgura oportuna a sus crecientes necesidades de movimientos.
No deben ser ropas apretadas, excesivamente vestidos o desnudos cuando el clima no es favorable para ello.
Cuando comienza a pararse, la antesala de la marcha, se le deben poner zapatos de suela de goma y con la talla adecuada, que permitan que se sienta seguro al practicar los nuevos movimientos.
La ropa de la cuna, al igual que la de su bebé, debe ser de tejidos naturales. No se debe abrigar en exceso al bebé.